sábado, 3 de marzo de 2012

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Estuve un poco bastante oscura esta semana, desanimada y furiosa.
Me duele la sociedad en un rincón- le dije a una amiga; y ella como buena amiga que es, me dijo que no esté triste, que no quería verme así, que me ría, que otras cosas... Entoncés cambié de tema y me reí con ella un rato. Pero por dentro me quedé oscura, mi amiga no me entendió, y yo que si me entiendo veo una verdad que me duele.
La verdad es mi país, con sus rostros cansados, sufridos, perdidos.
Mi país es la cara de mis viejos y mis hermanos cansados de trabajar para comprar materiales para reforzar la casa porque este mes entraron a robar a 5 casas del barrio. "Nosotros nos salvamos" porque una noche forzaron la reja pero vaya a saber por qué no fueron por mas. El día despues nos dimos cuenta y del miedo no nos salvamos.
Un miedo oscuro y totalizador, que te envuelve, te hace dormir con un ojo abierto, el celular debajo de la almohada por las dudas, saltando con cada ruidito.
Asi que ahora a comprar mas rejas, candados, trabas, etc...
La verdad de mi pais es mi barrio, en el que varios nenes de 13,14,15 años dejaron la escuela y los padres como si nada, ni les hablan, ni los cuidan, parece que ni los quieren.
Los vecinos que comentan que seguro que esos pibes ya andan en la joda, que estan perdidos y nos van a joder a todos, que son una plaga, que no tienen futuro, que seguro ya se drogan, que son nenes pero te roban igual, que te cuides. Todos los miramos de reojo, y me incluyo, llenos de prejuicios. Pero cuando los miro tambien me duele, me duele no saber qué hacer, me vivir con miedo yo y ellos sin esperanzas, y yo tambien porque veo que las cosas son así y varias esperanzas se me van al tacho.
El otro día lloré pensando en esos nenes, pensando en qué deben pensar ellos cuando salen a las 3 de la mañana a la calle, y los padres les cierran las puertas con llave, deben pensar que a sus padres ellos no les importan. Yo imagino que se mueren de ganas de que sus padres les digan quedate en casa con nosotros.
Y entonces pienso que claro, que ganas les va a quedar para estudiar, para jugar, para creer.
Si a mi, que estoy refugiada bajo techo, mil cerraduras y candados, tampoco me dan ganas de creer.
Mi país el de las escuelas rotas, sin agua, sin materiales.
Mi país el de los hospitales sin insumos.
Mi país el de los trenes en mal estado que se llevan vidas todos los días.
Mi país en el que vivimos encerrados, cada uno en la suya, "porque para qué te vas a meter si nadie te escucha".
Mi país, si un país de buena gente, pero en el que no se vive una buena vida.
Ese país me duele en un rincón.

miércoles, 22 de febrero de 2012

entre los apuntes-

Vivimos en un mundo donde el pasado es un pozo sin fondo del que podemos extraer información hasta el infinito. La invención es un mito. Solo creamos aprovechando lo que ya existe. No hay colores nuevos. Esta recuperación reconoce el pasado, pero detesta la nostalgia. Por necesidad hemos de recuperar el pasado para reinventar el futuro. Estamos en una nueva era futurista.

Garrett 1990

jueves, 16 de febrero de 2012

No se dicen, basta

Hay cosas que jamás diré: ni en libros ni mucho menos en un diario. Y no diré a nadie en el mundo. Un hombre me dijo que en el Talmud hablan de cosas que uno puede contar a
muchos, hay otras que a pocos, y otras que a nadie. Agrego: no quiero contarme ni a mí misma ciertas cosas. Siento que sé sobre algunas verdades. Pero no sé si las entendería mentalmente. Y necesito madurar un poco más para acercarme a esas verdades. Que ya presiento. Pero las
verdades no tienen palabras. ¿Verdades o verdad?

[...]

Clarice Lispector, de Revelación de un mundo.

Conocí a Clarice por una ilustradora, pero solo eran frases, fuera de contexto, y hasta puede que yo no entendiera del todo en ese momento, si es que entiendo algo ahora.
Mas tarde hubo personas citandola, mas tarde hubo relatos completos, busqueda desesperada de sus libros, leer un poco, y querer mas.
Adicta a sus palabras, esa manera de expresar -tan suelta- todo lo que siente, remolinos de pensamientos, que van y vienen, y en algun punto se conectan.
Me conectan.
Me siento conectada a Clarice, cada cosa que dice ella a mi me llega de alguna manera . La leo y pareciera que desde adentro hay una voz que me dice eso mismo me pasa, eso mismo quisiera decir sobre esto que me pasa. Que bueno que exista alguien que diga lo que necesito decir.
Como tambien que no diga, que entienda que hay cosas que no se pueden nombrar, que no se quieren nombrar.
Hay tantas cosas que no me quiero decir. Porque decirlas es aceptarlas, quererlas o tener que soportarlas, no se si estoy preparada para todo eso, esta bueno que exista en la realidad inombrable, mientras yo aca voy preparandome para cruzar el puente algun día, son cosas que estan ahi y no se dicen y punto.
Soy un elemento compejo, pero ya entendi que asi es, que es mejor que asi sea.
Que la complejidad es buena, es divertida, es desafiante. Lo facil nunca me gustó, ni me va a gustar. Quien quiere todo servido en bandeja? Eso aburre.
Me gusta no entender porque te presenta el trabajo de salir de tu sillón para aclararte un poco.
Me gusta no decir-me todo porque me afirma que ademas de todo esto, hay mas.