viernes, 29 de febrero de 2008

Aplastamiento de las gotas


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Yo no sé, mira, es terrible cómo [llueve]. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

[Julio Cortázar]
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jueves, 28 de febrero de 2008

Ada y su nostalgia

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Ada mira por la ventana, afuera un sol gigante que no lo parece tanto, pues si pone su mano en esa dirección puede jugar a taparlo.
Ada mira por la ventana y ve a Juana barriendo la vereda, mientras su esposo Luís le ceba unos amargos.
Se ve la calle, cada tanto pasa un auto, de todos los que pasaron, 3 azules.
Y hace un rato pasaron los chicos en bicis que se van a la canchita del club a jugar un picadito.
Ada mira el cielo, que desde arriba también observa el barrio... Mira el cielo y lo ve más celeste que una semana atrás... Mira el cielo y dice: ¿no entiendo porque me da miedo volar en avión?
Pasa una parejita de novios, no les ve bien las caras, cree que es la hija del cerrajero... Se dice: ¿no entiendo porque soy tan cobarde para acercarme a Manuel? Nos veríamos lindos caminando de la mano.
Un perro se pasea despacito por la calle como desfilando burlonamente frente a todos los perros de la cuadra, que más que nunca odian estar detrás del tejido de sus casas, y para hacerlo saber ladran con todo el volumen que pueden... Ada los mira y se ríe, ella tiene un gato gordito que esta dormido en un almohadón, para nada enterado del asunto.
Ada mira las cortinas de su ventana, son blancas con un voladito en el borde, las sacude un poco, las sigue mirando.
Pasa una señora con una nena, no son del barrio, la nena lleva unas trenzas hermosas... Ada se dice: quiero visitar a mis parientes que viven en esos otros barrios, que nunca vamos, que no recuerdo ni el nombre de los lugares...
Se queda mirando el cordón de la vereda, que le marca una frontera al pasto.
Después de largo rato, pasa Carla, su vecina, la sigue con la vista, la ve entrar en su casa y cerrar la puerta... Ada se dice: de chiquitas compartíamos tanto, ahora parece que vivimos en mundos diferentes, el tiempo marco una frontera entre nosotras mas feroz que la del cordón al pasto.
Ada se queda mirando por la ventana... pero esta vez la mirada se le pierde en la nostalgia de esa infancia lejana.


Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos
era que pasaba un ángel que les robaba la voz (...)
Ahora comprendo cual era el ángel
que entre nosotros paso:
era el mas terrible, el implacable, el mas feroz.
Ahora comprendo en total este silencio mortal.
Ángel que pasa, besa y abraza.
Ángel para un final.
(Ángel para un final - Silvio Rodríguez)

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miércoles, 27 de febrero de 2008

Ada y sus gustos

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Ada estudia artes plásticas en un centro cultural donde las paredes llevan pinceladas de muchos jóvenes artistas que tal vez nunca serán famosos pintores... pero eso a Ada no le importa, ella se maravilla con cada figura que le cuenta la historia de un barrio, de un amor, de un viaje, de un mundo...
Los sábados por la mañana le gusta ir a visitar a Antonia, que es una viejita linda que ella adopto de abuela, toman té y charlan cosas de mujeres.
El postre favorito de Ada es el flan, mejor si es con dulce de leche... y todavía mejor es que su mama lo sabe y cada tanto le da el gusto.
Su jardín es chiquito pero ella se encargo de que estén las flores que mas le agradan, en macetas pintadas con motivos indígenas que tanto le encantan.
A diferencia de muchos prefiere los días grises, en donde las nubes engordan y después se hacen agua para bañar los paraguas coloridos de la gente... ¡ah! pero lo que más le gusta de todo esto es el olor a tierra mojada que llena su mundo cuando llueve.
Ada ama las películas extremadamente cursis y eso le da un poco de vergüenza.
Le gustan los manteles a cuadros, los helados de dulce de leche, los techos rojos de las casas de su cuadra.
Le fascinan sus zapatitos blancos y sus floridos vestidos.
Algo que le gusta mucho es la feria de los domingos, con sus lucecitas de colores, sus actores callejeros, sus magos, sus mimos, los libros baratos, sus artesanías y sus antigüedades… y la gente tan feliz un domingo.
Le gustan muchas cosas...
Pero nada le gusta tanto como Manuel, el chico que vive a dos cuadras de su casa en la casita amarilla con el buzón azul, que tiene los ojos marrones más luminosos que vio en su vida, que trabaja duramente durante la semana en la carpintería del barrio pero pasa los domingos en la plaza principal, en la feria donde puede jugar a ser un actor, a ser un gran actor...


Vas a ver que rico el mar, los besos, los amigos,
van a dolerte a veces las muelas, [amores*] y olvidos,
mira bien a los dos lados antes de cruzar la vida,
y no te mastiques el viejo cuento de la otra mejilla.
(Bienbenito - Ivan Nobles)

*la version original dice mujeres
pero la cambiamos para cantarsela a Ada
^-^

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lunes, 25 de febrero de 2008

Ada y su invisibilidad

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Ada no va seguido a la capital, es que el asfalto siempre le duele en la planta de los pies cada vez que hace uno de esos viajes. Le tiene miedo a los subtes y sus túneles oscuros, le intimidan los edificios altos y le da por extrañar los colores de las casitas bajas de su barrio.
Siempre se queja de sus vecinos que están chusmeando todo lo que hacen los demás… ¿a dónde vas?, ¿con quién?, ¿cómo vestís?, ¿qué haces de tu vida?
Pero cuando va a la capital también eso extraña, porque parece, que allá las personas están tan apuradas y tan ocupadas que no tienen tiempo para mirarse.
Aunque la verdad es que Ada no sabe si son ellos los que no la miran o es ella que en la capital se vuelve invisible, porque aunque la llevan por delante, la chocan, se tropiezan con ella, no se dan por enterados de que está ahí.
Es algo así: Al mismo momento en que Ada empieza a mirar, con sus ojos bien abiertos por el asombro, cada rinconcito de esa cuidad tan moderna y lujosa, con esa sensación de que todo esta en su lugar: sus edificios uno al lado del otro en perfecta fila, sus taxis llenos en sus avenidas, el señor y su maletín en su oficina... Se empieza a sentir cada vez más desubicada ahí. Ahí no hay lugar para una Ada como ella. Ahí es completamente invisible.
Todas las veces que esta en la capital es lo mismo, igual de invisible, totalmente invisible.
Y así va invisible, incolora, desganada, desorientada, hasta que después de caminar todas las sendas peatonales que la llevan a cumplir con todos los tramites y los propósitos de sus visitas al centro, por fin es tiempo de tomar el tren que la lleva a casa, entonces no hacen falta mas de una hora de viaje y ya se empiezan a ver las casas bajitas de los vecinos curiosos que si la ven.
Si bien no puede precisar un momento, Ada sabe que dejo ser invisible.


Donde lloran las gaviotas,
vamos juntos a llorar,
no te preocupes no se te nota,
que no sabes encajar...

(Ok, perdón - Andrés Calamaro)

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domingo, 24 de febrero de 2008

La espera

Y estoy esperando por vos.
Que abrás la puerta de tu casa e inesperadamente me encuentres a la vuelta de la esquina.
Me vestí el alma con las flores más lindas de mi jardín, tome prestados su suavidad y su perfume.
Pase horas mirando las estrellas para quedarme con un poco de su brillo en la mirada.
Aunque leí tantos libros como pude, para que no nos falten temas de conversación, es probable que me quede sin palabras cuando te vea.
Me visto, me peino, me pinto, me arreglo, porque sé que un día de éstos te voy a ver cruzando la calle, porque sé que un día de éstos vos me vas a ver.
Así te espero, y me armo de pequeñas cosas que pueden llegar a gustarte.
Así te espero, porque no me animo a salir a buscarte.
Así te espero, porque dicen que lo que vale la pena, vale la espera.
Yo creo, y espero.

.Pequeño escrito suave y viejo.

martes, 19 de febrero de 2008

Salvando-me

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Los justos

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Jorge Luis Borges

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martes, 12 de febrero de 2008

Necesito



Dame amor,
dame tu corazón,
dame tiempo para respirar
está muriendo el sol,
dame música para crear
una nueva canción...



Hoy necesito tu mano junto a la mía, necesito sentir tu palma firme, tibia, suave, necesito que me aprietes fuerte para recordar que somos dos, que vamos juntos.
Hoy soy tan frágil como una copa de cristal, tan inútil como un reloj que a falta de pilas perdió noción de la hora, hoy soy tan blanda y tan vacía… por eso necesito que me cuides como si fuera un gran tesoro, necesito que me escondas en un abrazo como si fuera un antiguo secreto, necesito que sostengas uno por uno mis huesos que hoy no me dan el deseado equilibrio.
Y necesito que me riegues con tus besos y caricias porque hoy soy una flor que tiene tanto miedo de marchitarse.
En el cajoncito de arriba hay pinturas y pinceles, tómalas y acércate… con el rojo pinta mis uñas, realza el marrón de mis ojos, alarga con negro mis pestañas, verde para mi esperanza y un poquito de celeste para el alma, que no quiero perder mis colores, no hoy.
Hoy necesito que me des tu amor, que sueñes conmigo compartir tardes de sol y de pasto, que planeemos viajes a esos lugares donde los árboles crecen tanto que las hojas juegan a ser nubes.
Hoy necesito que me des seguridad y me convenzas de que es cierto que el amor es mas fuerte… mas fuerte que cualquier tristeza, que cualquier frontera.
Y necesito que me des tu calor, tu fuego… se que si hoy ardes por los dos, no tardaré mucho en encenderme.


Si todo el mundo
vive haciéndonos la guerra
necesito que me dés tu paz,
necesito arrancar todo lo que me hiere,
necesito amor,necesito más...
más libertad.


.Una cancion diferente, Celeste Carballo.

sábado, 9 de febrero de 2008

Comienzo...

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[...Soy sola y del alma clara y si me descanzo muestro los pies...]

Soy celeste, y no es solo mi nombre.. sino que estoy convencida que mi alma es asi: celeste cielo, es celeste y es cielo.
Soy una artesana de mi vida, me gusta moldear mis dias, darle una forma especial a cada instante, pintar de colores cada flor de mi jardín, barnizar cada detalle para que brille más.
Estoy llena de esperanzas, de sueños, de dudas, de alegría, de locura, de entusiasmo,de ganas de hacer, de ganas de aprender.
De mí, me gustan mis manos porque me dejan tocar, acariciar, sentir, hacer...
Me gusta mi sonrisa que no me pide permiso para aparecer cuando algo le gusta tanto o le parece muy gracioso.
Y estoy convencida de que lo más importante es mi mirada... porque me permite ver más allá, porque me da la conexión que necesito para apreciar el mundo desde mí misma, para ver sus colores, sus formas, sus marcas -porque como dice una cancion el mundo no muestra nada a unos ojos sin mirada- y porque es como una ventanita en mi ser y el que se asoma puede ver un poquito de mi alma, puede entenderme sin precisar palabras, puede conocerme.
Ella es de esas miradas que se quedan contemplando las tardes de sol, emprende viajes por esos cielos de colores, sigue cada rama de los arboles, las camina, mira las hojas caer... Tambien le gustan las plazas, mira las hamacas y me insiste en subir, no nos animamos a los subibajas, nos gusta sentarnos en los banquitos a mirar la alegria de los nenes, las sonrisas.
Me gusta caminar por los cordones, me gusta disfrutar una canción, guardo miles de recuerdos en cajitas, no me gustan los domingos, si me gusta y mucho el perfume de los jazmines...
Me gusta cuando llueve, llevo un paquetito con todos mis miedos guardados en el bolsillo derecho, y en el izquierdo sonrisas e intentos, me gusta la luna cuando parece una sonrisa, me gusta extrañar aunque me duela...
Me gusta comenzar...
Y un poco asi soy, presentación para este comienzo...

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