martes, 29 de diciembre de 2009

Inestable

>>El cielo no se decide.
Se nubla por completo y estalla de repente, furioso y triste, se deja caer por los aleros de las casas, queda desmayado al borde de las calles.
Pero en cuestión de segundos hace su mejor esfuerzo y vuelve a dibujarse radiante, celeste, abierto, sonriente, lucha con el sol hasta que lo convence a subir a lo alto. Ahí vive intensamente hasta que se quema. Se apaga el sol y el cielo vuelve a nublarse.
Pasa del calor al frío.
Del amor al odio, en solo un instante.
Se arma y se destruye.
Estuvo luchando entre esos dos estados durante todo el día.
Yo desde mi ventana no puedo más que mirarlo.
En alguna calle, dentro de mí, anda mi alma indecisa, sin saber su estado de ánimo, sin saber dónde plantarse, si en la dicha o la tristeza.

[...]

martes, 15 de diciembre de 2009

En blanco

Quizás, las palabras se están escondiendo de mí.
O puede que yo esté esquivando eso que realmente tengo que decir.
O no sepa decirlo.
No se ¿será que es momento de callar? Y dejar al silencio actuar con su mejor cara de aquí no ha pasado nada.

¿Qué será?

No se. Pero no doy más con estas ganas de decir algo. Y todo quede en nada.
Miles de pensamientos y ninguna voz.

[...]

miércoles, 9 de diciembre de 2009

• Ver

Es mediodía y James Baldwin está caminando con un amigo por las calles del sur de la isla de Manhattan. La luz roja los detiene en una esquina.
-Mira -le dice el amigo señalando el suelo. Baldwin mira. No ve nada.
-Mira, mira. Nada. Allí no hay nada que mirar, nada que ver. Un cochino charquito de agua contra el borde de la acera y nada más.
Pero el amigo insiste: -¿Ves? ¿Estás viendo?
Y entonces Baldwin clava la mirada y ve. Ve una mancha de aceite estremeciéndose en el charco. Después, en la mancha de aceite ve el arco iris. Y más adentro, charco adentro, la calle pasa, y la gente pasa por la calle, los náufragos y los locos y los magos, y el mundo entero pasa, asombroso mundo lleno de mundos que en el mundo fulguran; y así gracias a un amigo, Baldwin ve, por primera vez en su vida ve.

La función en el arte/3 • Eduardo Galeano

Yo sigo intentando ver de otra manera.
Sigo intentando dejarme sorprender por la vida.
Nos acostumbramos tanto a que las cosas sean de tal manera.
Nos acostumbramos tanto a la rutina, a lo mismo de todos los días.
Nos acostumbramos a ver siempre desde el mismo ángulo.
¿Y si giramos?
Quizás encontremos novedades pero de cielo abierto.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Soledad

"Yo soy por naturaleza solitario, me siento bien solo, puedo vivir solo, puedo vivir largos periodos solo, eso sobre todo en mi primera juventud, mi adolescencia. Luego ya aqui viviendo en Europa, por otros motivos...pues entonces digamos que descubrí a mi prójimo, a si que en ese momento lo que yo reivindicaba un poco como un derecho y casi un orgullo, el hecho de que me dejasen en paz y de que yo estuviera solo, se convirtíó casi en un sentimiento de culpa.Entonces actualmente yo trato de darme lo más que puedo, cuando pienso que el hecho de darme no es totalmente inútll, que puede en algún plano tener algún sentido.Es un poco como la historia de Dr. Jeckil y Mr. Hyde, digamos que el solitario es Mr. Hyde, el malo, y que Dr. Jeckil es el que trata de hacer alguna cosa. Entonces hay un continuo divorcio, una continua separación, un enfrentamiento.Me sucede, y es algo que yo lamento. que a veces en grandes reuniones, en contactos humanos muy bellos en que me siento muy bien y en que estamos haciendo cosas en común, hay un minuto en que Mr Hyde me dice en el oido: "Hombre, ¿Porqué no estas en tu casa tranquilo esuchando algún disco?". "

Julio.
y en el estoy un poco yo también.

miércoles, 21 de octubre de 2009

[actitudes]

Muchas veces me dijeron tenés que vivir tu vida al máximo, y a mi, ese comentario me molesta muchísimo, me sacaba de las casillas.
Pero yo me preguntaba, ¿y qué es vivir la vida al máximo?
Entonces mi rabia aumentaba, y eso se debía a que todos formulaban la crítica, pero nadie ofrecía ninguna respuesta.
Ahora siento que no hay recetas, que cada uno tiene que ir buscando sus diferentes maneras de poder vivir intensamente cada minuto. Se que nadie puede vivir por nosotros, que solo uno puede dar cada paso del camino, que solo uno puede decidir cómo quiere transitarlo, por dónde, con quiénes.
Este tema me preocupa tanto, me interesa tanto, que siempre lo ando pensando. Y eh llegado a algunas conclusiones, encontré algunas pistas de cómo es mi manera de vivir al máximo.
Quiero hacer cada cosa que me proponga con entrega, superación, alegría y compromiso.
Quiero dar lo mejor de mi, quiero vivir llevando esas 4 actitudes.
Para mi entregarse es darse, brindarse, reconocer cuales son las cualidades que uno tiene, ofrecerlas y ponerlas en practica para construir algo nuevo. Entrega es acción, es voluntad, es participación, es dedicación.
Para mi superarse es crecer, es mejorar, es actuar frente a las dificultades.
Yo pienso que la crisis es una bendición, porque nos hace creativos, nos motiva a descubrir otras maneras de hacer, de pensar, de ver la vida. Einstein dice: Quien supera la crisis, se supera a si mismo, sin quedar superado. Para mi superarse es romper los limites, es dar fe de que nada nos impide llegar al cielo.
Mmmm bueno, pensaba en la alegría, y no se bien como describirla. Ser alegre, es inundarse de un sentimiento inmenso, como una fuente de energía que hace que disfrutemos lo que hacemos y nos impulsa a seguir adelante. La alegría es un sentimiento que se comparte, cuando uno es alegre a más no poder, quiere que todo el resto se pueda sentir así. La alegría, es una manera de ver el mundo, sentir alegría, para poder construir un mundo mas alegre. Y hablo de una alegría que no es momentánea, es una alegría que abraza.
Para mi el compromiso, es la manifestación de nuestras elecciones. Es nuestra respuesta al mundo. Miles de cosas que nos tocan, nos hablan, y nosotros construimos nuestras ideas, nuestros sentimientos. Entonces podemos guardarnos todas nuestras reflexiones, o comprometernos con ellas. Darles vida con nuestras acciones, transformar nuestras ideas en realidades. El compromiso es convicción.
Entonces… ahora no me puedo hacer la tonta, y dejar pasar los minutos, ahora es momento de sincerarme y poner en práctica ésto, ahora es momento de vivir al máximo.

ojos tristes III

.

Ahora comprendo cuál era el ángel que entre nosotros pasó.
Era el más terrible, el implacable, el más feroz.
Ahora comprendo en total este silencio mortal.
Ángel que pasa, besa y te abraza, ángel para un final.

(Silvio Rodríguez/Ángel para un final)



Hay historias que empiezan por el final.
Hay veces que no puede haber final, porque nunca hubo un comienzo.
Yo no se cuál es el caso del amante observador y de la chica de ojos tristes.
Pero se que no les alcanzó el tiempo para encontrar un final feliz.


[...]

viernes, 7 de agosto de 2009

ojos tristes II

La conoció, desde lejos, desde la observación, y así se enamoró.
Siempre la había visto en la plaza del barrio, pero no lograba saber si vivía en su vecindario o era una hermosa visita de domingo.
Para él era una cita, la tarde del primer día de la semana. Llegaba siempre unos minutos antes para verla cruzar el parque hasta el banquito escondido detrás de un árbol alto.
Ella llegaba alrededor de las tres, plena siesta, la plaza no estaba tan concurrida, brindando el momento ideal para la lectura. Siempre estaba sola y nunca la vio iniciar conversación con alguien, solo devoraba sus libros.
La mayoría de los días, a él no le importaba ese amor en secreto, ese lazo en la distancia. Se contentaba con poder contemplar la belleza de amada, sus manos, sus ojos frágiles, su boca, los caminos de su cuerpo. Pero también había días en que deseaba locamente cruzarse en su camino, intercambiar unas palabras, atraer su mirada, romper la puta distancia.
Solo que desde los ojos de él, ella se veía tan concentrada en su lectura, que no se hubiese perdonado interrumpirla, no soportaba la idea de incomodarla. Entonces la seguía observando, y ella sin saber nada.
Así pasaron los meses, los domingos, hasta que un fin de semana ella faltó a una de esas citas no acordadas, y después falto a dos más, entonces fue claro que no iba más al parquecito.
Él siguió con su vida pero lo atormentaba la idea de su cobardía, si tan solo le hubiese hablado alguno de esos domingos silenciosos…
Tuvo amores fugaces, pero ninguno lo comprometió tanto como lo había conquistado el sentimiento hacia la muchacha de los ojos tristes. Tanto que el amó su recuerdo por siempre.
Puede que hayan sido cuatro o siete años, no tenia noción del tiempo porque siempre que uno vive extrañando al amor de su vida, la espera es una eternidad... y volvió a pasar por la plaza. Era una tarde de invierno, de esas que solo se soportan al calor del sol, y la encontró leyendo en uno de los banquitos de madera.
Seguía pareciendo la chica mas triste que podía existir. Con su cabello tan lacio, su piel blanco luna, su mirada de papel, sus manos largas aferradas a un libro.
El sentía que su corazón iba a salírsele del cuerpo, no sabia que hacer, quiso hablarle, pero una vez mas no encontró el modo, no creyó que era el momento, no quería interrumpirla.

[...]

miércoles, 29 de julio de 2009

ojos tristes I

Es tarde para volver a la tarde de otoño que los encontró en el mismo lugar. El tiempo siguió de largo y sin que alguien pudiera detenerlo o disfrutarlo.
Si él piensa en ese amor, todavía le duele. Es un dolor en todos lados, en el café, en la luz que entra por las persianas a la mañana, en las noticias, las plazas vacías a la hora de la siesta -sobre todo. Por eso mucho no quiere pensar y se esconde en el trabajo, que le gusta y cobra un sueldo, aunque nunca alcance, ni para pagar las deudas ni para apagar los recuerdos de un amor que no fue.
>Era otoño, hace 3 años y un poco más también, ella iba todas las tardes a la plaza principal, y elegía un banco escondido detrás de un árbol alto. Siempre sola, con la mirada bien atenta en algún libro.
Así la conoció él, desde lejos, desde la observación, y así se enamoró.
No tardo mucho en darse cuenta de que era la chica más triste que se podía encontrar en el mundo. En su rostro se notaban las noches de insomnio, la falta de descanso no dejaba que se vea plenamente su belleza, pero la luz de la luna de cada noche en vela le dejaba un aura plateada en su tez. Y para él, eso la hacía la mujer más maravillosa.
Varias veces se propuso acercarse y buscar alguna excusa para hablarle, pero el miedo no lo dejó. Hasta que un día, vaya a saber de dónde sacó coraje, y ahí estuvo sentado en el banquito y pensó que el árbol no podía crecer más.
Era tal el temor de que esa sea su única posibilidad, que jugó todas las cartas, y le dijo de sus sentimientos, le propuso que se diera la oportunidad de conocerlo, que por favor. Pero ella no quiso saber de él.
Paso el tiempo, si él piensa en ese amor, todavía le duele.
Ella no sabe de él, ni le interesa, el otoño no le trae recuerdos.
No se imagina que él la piensa, le duele, la ama.
Ella no quiso conocerlo, es por eso que no tiene nada que olvidar ni recordar.

[...]

martes, 21 de julio de 2009

alma triste

Tenés el alma triste, le dijeron una vez. Y ella esquivó la acusación, huyendo.
Pero se llevó esas palabras con ella. Las enfrentó, las mordió, las lavó, las quiso tirar fuerte para que se rompan en mil pedazos, probó el sabor amargo de sus letras e intentó cambiarles el significado. Hasta que terminó por entender que no eran las palabras las que debían cambiar, sino ella. Ella, que en verdad era tan triste. Que sonreía a medias, y muy pocas veces. Que prefería siempre esa soledad de cuarto oscuro. Que se olvidaba del presente, mientras mataba las horas añorando un pasado mal recordado.
El que no cambia, suele pensar que todo lo demás tampoco lo hace. Pero cuando uno experimenta el cambio, comprende que el alma más triste puede transformarse en un ser de alegría.

jueves, 2 de julio de 2009

Ganancias y pérdidas

A veces se apoderan de mi, pensamientos desagradables.
Llego a enumerar cosas que eh perdido: ya no confío como antes, eh perdido confianza, ya no escribo seguido, eh perdido el hábito y la inspiración, ya no me acuerdo fechas precisas, y tu imagen se dibuja diferente todos los días, eh perdido memoria. Y si hablara de cosas materiales, podría estar horas nombrando pérdidas, pero no me importan, no me cambian. Muchos días vivo con la sensación de que estoy perdiendo tiempo. Me desgarran el alma, los días en los cuales dudo de haber perdido el sentido a todo esto.
Pero hoy estoy buscando el equilibrio, y créanme que es grande el descubrimiento.
Serán varias y tantas las perdidas que llevo, pero yo tengo con qué cubrir esos vacíos.
Pues sé -y saber es tener la certeza de algo- que eh ganado en gestos.
Tengo millones de sonrisas dadas y recibidas.
Incontables miradas de alegría, de las cuales muchas fueron hasta las lagrimas.
Abrazos que protegen. Manos que acarician.
Palabras que sostienen todo lo que quise decir y lo que necesite escuchar.
Suspiros. Silencios. Música.
Y todo ese mundo que no puedo nombrar, pues solo se percibe.
Todo eso, solo gestos.
Movimientos con los que se expresa algo.
Impulsos del ánimo. del alma.
Un detalle, una seña, un disparador. Un factor desencadenante.
Y mi descubrimiento, refuerza mi victoria. Porque lo importante es que comprobé que el gesto es para siempre, que es eterno, que es mío, que me da aire. Podrán ser varias y tantas las pérdidas, pero son superables, podrán ser varias y tantas las pérdidas pero no se comparan con mi tesoro de gestos, que son toda la gloria de mi vida.
Soy gestos.
¿Me das tu mano esta noche?

jueves, 28 de mayo de 2009

Ser o estar

¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbe?
¿Asomado a la angustia,
Al engaño,
A lo verde?
No estaba junto al llanto,
Junto a lo despiadado,
Por encima del asco,
Adherido a la ausencia,
Mezclado a la ceniza,
Al horror, Al delirio.
No estaba con mi sombra,
No estaba con mis gestos,
Más allá de las normas,
Más allá del misterio,
En el fondo del sueño,
Del eco,
Del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.
Me he perdido.

¿Dónde?
Oliverio Girondo


¿Ser o estar?
Porque eh estado en algún lado, sin ser yo.
Porque estoy acá mientras definino quién soy.
Porque soy aunque no sepa dónde quiero estar.
Porque no siempre estar y ser son simultáneos, sino que combaten.
Porque es un equilibrio.
Porque a veces me pierdo, no se dónde estoy, ni quién soy.
Pero bastan alguna de esas tantas pequeñas maravillas de la vida, para que me vuelva a encontrar, me descubra siendo auténtica y en mi lugar en el mundo.

domingo, 12 de abril de 2009

0:12

.:

¿Por qué amo tu locura, tu desparpajo, tu falta de reloj y tus atajos cuando estoy prácticamente a punto de caer de cabeza en el abismo? O sea en ti. Pero no sólo eso: hay mucho más de ti que quiero y no revelo. Esa lámpara que enciendes en el fondo.

- Eduardo Milán -

:.

viernes, 20 de marzo de 2009

Sequía

Escribo retazos. Trozos de lo que quiero decir.
No consigo armar un texto claro, pues mis ideas tampoco llegan a serlo.
Absurdo sería si lo logrará.

Escribo pequeñas hormiguitas de tinta, que quizá se borren con el tiempo.

Escribo letras, las reconozco, pero esta vez la noto tan... acartonadas.
¿O seré yo? ¿Es que acaso son mis ojos? ¿Es posible que el transcurso de los días haya podido volver tan fría mi mirada?

No lo se.
Igual escribo. Aunque me duela lo triste que se ven estas palabras.

Escribo palabras secas, a las que se les cae la piel y se les cae el encanto.
Con este papel de palabras olvidables haré un barquito que llevaré al mar.
Que dejaré en el mar.

Mi esperanza es que el agua al mojar cada letra, las hidrate lo suficiente, garantizando que si alguna vez estas palabras llegan a ser leídas, no se perciba que nacidas fueron áridas, amarillas, flacas.

O peor aun, alguien pueda darme la certeza de que si son mis ojos los que están perdiendo
sensibilidad.

Pero igual escribo, corriendo el riesgo, animándome a las consecuencias.

[...]

lunes, 16 de marzo de 2009

En estos días



En estos días... todo el viento del mundo sopla en tu dirección.
La Osa Mayor corrige la punta de su cola y te corona con la estrella que guía, la mía.
Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles.
Las flores te maldicen muriendo celosas.

En estos días no sale el sol sino tu rostro y en el silencio sordo del tiempo gritan tus ojos.
¡Ay de estos días terribles! ¡Ay de lo indescriptible!

En estos días no hay absolución posible para el hombre,
para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega, ese animal remoto
que devora y devora primaveras.

En estos días no sale el sol sino tu rostro y en el silencio sordo del tiempo gritan tus ojos.
¡Ay de estos días terribles! ¡Ay del nombre que lleven!
¡Ay de cuantos se marchen! ¡Ay de cuantos se queden!
¡Ay de todas las cosas que hinchan este segundo!
¡Ay de estos días terribles asesinos del mundo!

[En estos días • Silvio]

martes, 10 de marzo de 2009

Estos [ojos] míos



Mis ojos siempre sacan la fuerza de donde no la hay para mantener la mirada firme.
Y para mi son ellos quienes logran que mantenga la frente en alto, la sostienen con esa misma fuerza que se crean de la nada, y la invitan a salir a la calle con perfume a dignidad.

Son ellos también, los que me conocen tanto, que cuando estoy triste, se esmeran el doble por encontrar algún detalle que me saque una sonrisa. Por eso, por ejemplo, como saben que me encantan las mariposas, las buscan desesperados.

Son unos ojos chiquitos [mamá dice que son almendrados], pero no necesitan ser grandes para ver grandezas, ellos encuadran siempre las mejores sonrisas, hacen foco ahí en esos fragmentos de tiempo que están cargados de sensaciones y logran distinguir que rumbo tomar sin olvidarse de las huellas que fui dejando.

Son ojos despiertos, solidarios, creativos.

[...]

Pero hace días que no parecían los mismos, ojos anestesiados, llevaban su mirada tirada por el piso, vacilando por las sombras, ojos cansados, ojos afligidos.
Y entonces, dieron su último esfuerzo para no marchitarse del todo, sin perder tiempo, se dispusieron su propio riego.
Fue un llanto interminable.
Ahí estaban mis ojos como dos piletas de agua desbordadas, brillando más que nunca, llorándolo todo.

[...]

Ahora mis ojos, ojos lavados, ojos hinchados, ojos aliviados, vuelven a ser los que sacan fuerzas de donde no la hay.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Tarde del cielo

Música del cielo:


Colores del cielo:


Mi cielo:

¿Será que me gusta tanto la lluvia porque después es más lindo ver como el sol tiñe el cielo con sus luminosos colores? ¿Porque las gotas hacen que todo esté más brillante?

Música, cielo, mi sobrina, magia. Claro, es miércoles.


sábado, 28 de febrero de 2009

[la otra]

Anda opaca, triste camina por la casa, como buscando un rincón que no la lastime, en silencio. Y si alguien se acerca y le habla, salta de un susto aterrada, como si cayera de golpe a esta realidad después de viajar por el mundo de sus pensamientos, hilos enredados.
Se ve que está mal. Pero no hace nada por cambiar las cosas.
Usa esa sonrisa falsa de escudo frente a los demás, cree que no me doy cuenta que barre los problemas y termina escondiéndolos debajo de la cama, ni se atreve a tirarlos de una buena vez.

No logro entender cómo.
Pero doy por seguro que es otra quien pasa los días en mi cuerpo.

Esa mujer llena de resignación no puedo ser yo.

jueves, 19 de febrero de 2009

no vuelvas sin razón

Ya empezaba a desdibujarte, ya empezaba a olvidar esa manera dulce que tenés de decir las cosas, a dejar entre líneas una sonrisa, y crearme estas ganas de salir a buscarte.
Ya empezaba yo a ser yo, y vos te ibas apagando en la lejanía.
A ser yo sin tu presencia y sin tu ausencia.
A ser YO.
Y empezaba a entender porque llegan las distancias [al final uno las soporta aunque cada vez estemos más cansados, las soporta]. Comprendí que los silencios a veces vienen solo a hacer ruido en el alma, y que uno no siempre escucha lo que quiere escuchar [y está bien porque no es bueno que nos anden dando el gusto todo el tiempo].
Hasta me esforcé en hacer buena letra, y visto que mi ser es tan inmenso, hice lugar y hospedé a estas tristezas vagabundas. Y ya nos empezábamos a hacer amigas, lo que se puede decir, por lo menos conocernos las manías, ellas accedieron a dejarme tranquila por las tardes cuando quiero dibujar.
¿Te das cuenta todo lo que empezaba a hacer?
Hasta yo me creí el cuento de que las cosas se estaban acomodando.

Pero tenías que aparecer, para desestabilizar el falso orden, para revolver polvo y retirar del altillo de mi alma estas ilusiones crédulas [que no saben diferenciar a quien vuelve para quedarse de quien vuelve para llevarse todo].

Y ahora, me encuentro otra vez desde cero sin saber por dónde empezar.

domingo, 15 de febrero de 2009

» siguiente



Ya fui en contra mano. Ya camine sin rumbo.
Ya tropecé dos veces con la misma piedra.
Ya me senté al borde del camino.
Y volví a comenzar despacito, pie detrás de pie, a hacer camino.
Me llene de fuerza, y probé la alegría de quien decide que ruta quiere seguir.

Conocí gente y a veces me deje conocer. Quise y me quisieron.
Confié en la gente, y desconfié también.
Me vi en otros ojos. Busqué espejos. En varias almas encontré reflejos.
Intenté comprender que todos somos distintos, que hay distintas maneras para ver lo mismo. Que todos estamos aprendiendo a vivir.
A prueba y error, pero intentamos hacer las cosas lo mejor posible.
Y conseguimos que lo mejor sea posible cuando somos auténticos, libres, simples, y construimos desde el amor.
Una vez me dijeron que era muy verdadera. Ojala así sea.

Ya amé desesperadamente, locamente, ya amé con todas mis ganas, también amé desganada pero sabiendo que amaría hasta la muerte.
Ya amé a la persona equivocada. Ya amé en el momento indicado.
Ya amé sin importar nada, sin importar los otros, sin importar yo.
Amé con risas y abrazos. Amé a lágrimas.
Amé.

Por momentos fui cobarde, y lo fui más veces de las que puedo soportarlo.
Y no dije muchas cosas que debería haber gritado.
Elegí el silencio. Elegí rendirme sin dar batalla.
Elegí el olvido aun sabiendo que no podría quitarme los recuerdos de la piel.
Me mentí a mi misma y me autoregalé soledades berretas.

El resto, fui feliz todas las veces que pude.
Bailé, canté, salté, soñé, creí.
Elegí ser feliz.
Elegí no quedarme de brazos cruzados y salir a la alegría.
Elegí llenarme de recuerdos maravillosos, que me den abrigo si alguna vez ando descarrilada.
Me amé a mi misma y me autoregalé vida.
Viví muchos de esos momentos tan especiales que no tienen precio, que te llenan el alma, que valen la pena.

Ahora, puedo mirarme y ver que mi alma es una llamita encendida.

Afuera el mundo estalla, el cielo se abre, los caminos se vuelven a dibujar, las oportunidades se presentan...
Yo voy armada con todo lo aprendido, y voy tranquila, se que quiero ir liviana.
Estoy lista para hacer cosas nuevas y también para repetir algunas otras.
[Lista para dar el siguiente paso.]

viernes, 13 de febrero de 2009

buscando lo que no encontraré


[...] quiero decir que busca la luz negra, la llave, y empieza a darse cuenta de que cosas así no están en la biblioteca. En realidad usted le ha enseñado eso [...]
Julio • Rayuela

Anduve buscando por lugares equivocados lo que necesito. Anduve buscando por rincones en los que sabia y se que no se encuentra lo que ando buscando. Lo admito. Pero además admito que también era necesario inventarse esta búsqueda fallida para no sentirme tan sola, tan tonta. Salir a buscar aunque no encuentre, aunque no logre nada, aunque me quede igual de sola, salir a buscar como si de eso dependiera mi vida, como si buscar me mantuviera en pie. Salir. Saltar.
Anduve buscando entre libros releídos varias veces, autores conocidos que de alguna manera me conocen. Anduve buscando en los cajones señales de lo que fui. Entre papeles y canciones y en las calles. Me enfrente a varios espejos estos últimos días, me dijeron muchas cosas pero no me alcanzan, porque no es lo que estoy buscando.



[...]


Hoy daría lo que sea por un abrazo tuyo.


Eso es.


:.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Despertar en el mar

Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.
Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.
Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

[Luis García Montero]




Me voy unos días al río, prometo a la vuelta ponerme al día respondiendo y comentando los blogs, sus blogs, anduve mirando un poquito pero no llegué a firmar.
Por lo pronto, les dejo un abrazo enorme desde acá! ^^

domingo, 25 de enero de 2009

* detalles

:.

Un vicio: El amor. ^_^
Una virtud: Tengo mucha paciencia, soy detallista, me gusta escuchar.
Un defecto: Soy estructurada, soy un poco cobarde, soy demasiado perfeccionista.
Un color: El celeste, pero me gustan todos los colores.
Un número: Siempre elijo el 11.
Una canción: Muchacha ojos de papel me da paz.
Una película: Antes de amanecer y Antes del atardecer me gustan mucho.
Un libro: Alguno de Cortázar.
Una hora del día: Cuando la tarde esta cayendo y el cielo se pone naranja.
Un momento del día (reservado sólo para mí): Cuando dibujo o leo.
Un momento (para compartir con otros) : Merienda compartida con alguien con quien me gusta converzar.
Un día del año: Los del mes de Abril, los miércoles, los domingos que se dejan no ser domingos silenciosos.
Una prenda de vestir: Los vestidos.
Un plato: Las empanadas que hace mi mamá.
Una ciudad: Buenos Aires, con su furia y todo yo me quedo acá.
Un animal: Los pájaros, sus colores, sus alas, sus maneras de volar.
Un sueño: Seguir soñando siempre.

Me voy en busca del mar y la calma.
Visiten mi otro blog http://esuncolor.blogspot.com/
Es chiquito pero está creado con cariño.

:.

domingo, 18 de enero de 2009

Abrazados

La llaman calle de abrazados
porque en las noches de domingo
hay dos, tan sólo dos
una mujer y un hombre
desentendidos, misteriosos
que se citan allí como dos náufragos
y cada náufrago se abraza
al otro cuerpo salvavidas.
[Mario Benedetti]

Hay una calle en mi cuidad por la que paso seguido, es una calle angostita, adoquinada. Las casas que la delimitan son bajitas y pintorescas, con ventanas tan coquetas que se arquean las pestañas, quiero decir las rejas, y se visten con sus mejores cortinas.
Las veredas son estrechas, de baldosones antiguos, que si no están cubiertas de hojas secas es porque reinan los pétalos de flores en primavera.
De noche, los farolitos son los protagonistas de la cuadra, van encendiendo lucecitas desde el principio, hasta que del final de la calle se salta al cielo, donde quien brilla es la luna.

Es una calle agradable todos los días y todas las noches, pero es más hermosa los domingos cuando el sol se oculta.
Les voy a contar por qué.
Les dicen los abrazados.
No son vecinos del barrio, pero son parte de la historia de nuestra comunidad, aquí todos los conocemos, y algunos también los esperamos.
Las tardes de los domingos suelen ser silenciosas, y con ese aire de “no pasa naranja”, pero cuando empieza a caer la tarde, llegan los protagonistas de nuestra novela preferida, de nuestra historia real.
Él llega más temprano, habrán sido dos o tres las veces que fue al bar, pero casi siempre espera sentado en el cordón de la vereda /la calle no es muy transitada/ saca un cigarrillo.
Cuando ella llega siempre parece más linda que el domingo anterior, es fina, se nota en su manera de vestir, pero más en su forma de sonreír.
Desde que la veo aparecer, me da la sensación de que correría al encuentro de aquel que ya se levantó, y no sabe qué hacer con las manos, pero prefiere caminar segura, a ritmo habitual y elegante.

Cuando consiguen estar frente a frente, se podría decir que sus miradas lo dicen todo.
Se miran por un momento, y ya sus cuerpos son uno, se dejan caer en un abrazo, los brazos de uno sostienen al otro. Se detienen, se respiran, se recorren. Es como si los brazos de él hubiesen sido creados para envolver la cintura de ella. Se comunican, se entienden.
Se citan los domingos, se abrazan para siempre.

Cuando tengo la oportunidad, los miro desde una de las ventanas pestañas curvadas del bar, si otro también los vio, sabrá entender por qué pienso que abrazan la cuidad, que embellecen la calle, que nos salvan.

Pequeña Muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña Muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.
[Eduardo Galeano]

sábado, 10 de enero de 2009

Encontrados

Aparece.

Los árboles se quedan intactos como si estuvieran dibujados, las hojas perfectamente quietas, una al ladito de la otra, no se animan a soltarse de la rama por miedo a caer y que el crujir de su cuerpecito contra el piso rompa el fascinante silencio del momento.
Los pajaritos quisieran cantar, las mariposas quisieran bailar, las flores abrirse al sol, el sol pintar el cielo, todos quisieran ser los protagonistas de esta historia, pero no lo hacen, no cantan, no bailan, no se mueven, pues saben que no es su turno, sino el momento de aquel que aparece.
Los caminos parecen abrirse para que avance, los semáforos acuerdan para darle verde a su paso, ninguna puerta está cerrada con llave, ninguna ventana tiene baja su persiana, ninguna piedra se entromete en un zapato.
La luz va enfocando su silueta lo que resalta su belleza.
Todo colabora para que se de el tan preciado momento.

Y ahí va el amor, cruzando la plaza de punta a punta, en busca de la muchacha que lee en el banco y el chico que anda fotografiando el parque.
Todos esperan el momento del encuentro, menos estos dos que serán gratamente sorprendidos.

Ahora. Las miradas se topan, se descubren, se hablan.
Y entre la distancia que dejan sus cuerpos, pasa el amor, como una brisa, creando lo maravilloso y, marcando así el comienzo para que los árboles se agiten, los pájaros canten, el cielo anaranjado festeje porque todavía se puede amar a primera vista.

[...]

Sólo el amor
engendra la maravilla.

domingo, 4 de enero de 2009

Corazón de cristal

¿Dónde vas? Quédate junto a mí.
Corazón tempestad, corazón desmesura.
No soy mas que un eterno aprendiz,
que si no está contigo se ahoga en su propia cordura.