Si no estoy diciendo nada, es porque hace tiempo que siento las manos vacías, y no quiero enseñarlas.
El reloj sigue corriendo su aguja igual.
Las cosas cotidianas son las que más cuestan cuando estás esperando lo extraordinario.
Cada cosa que hacés -mirarte en el espejo, poner la pava al fuego, ordenar los libros, acostarte en tu cama- esas mínimas cosas son las que te tiran en la cara la verdad de que eso no llega.
Lo eterno de la ausencia.
Y no, no digo nada, de a ratos me miro las manos, cierro el puño fuerte, aprieto.
Antes no sabía por qué me dolían tanto las muñecas.
2 comentarios:
Me trajo ésta canción a la cabeza.
http://www.youtube.com/watch?v=UYl3qhsSW4w
Disfrútela.
Gracias Yanina!
Hace un tiempo que no me daba el disfrute de escuchar a Silvio.
Gracias por armarnos una cita. ^_^
Estoy volviendo al blog, me agrada la idea de encontrar nuevos espacios para visitar, pasaré por el suyo.
Saludos!
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