miércoles, 7 de mayo de 2008

Cruza el amor

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Iba caminando distraida, siempre la oportunidad de tejer ilusiones, de enredar pensamientos.
Estaba convencida de que nunca iba a dejar de pisar las baldosas rotas, las baldosas rotas destinadas para ella, ella que las pisas y las convierte en baldosas rotas.
Nunca se animo a cruzar cuando el semáforo estaba a punto de volverse rojo, las demás personas corren y cruzan y siguen; ella se queda esperando en la esquina hasta que vuelva a ponerse en verde el hombrecito indicando que se puede cruzar.
Verde, verdes eran las rayas de un pulóver que se acercaba de frente,
verdes tambien los ojos del muchacho que llevaba ese pulóver,
el pulóver le resalta de una manera hermosa los ojos- pensó.
Se cruzaron, él iba mirando hacia abajo, caminando tranquilo como paseando, nunca una baldosa rota.
Todo lo contrario a ella, que siempre va apurada aunque no tenga que llegar a ninguna parte, y siempre las baldosas rotas, ya lo dije.
Se cruzaron al pasar.
En la semana le contó a una amiga que vio un chico que combinaba muy bien sus ojos con un pulóver muy lindo, si, muy lindo el chico, fue un comentario más.
Lo que ella no sabe, y ni se imagina, es que ese chico de ojos resaltados no es uno más.
Es el amor de su vida.
Y se lo va a cruzar muchas veces más, porque de encuentros y cruces de miradas se trata el amor.

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5 comentarios:

Damian! dijo...

es que el amor de la vida de cada uno, remite en la maldita imposibilidad... y es casuelmente el amor, lo que lo vuelve posible...
Besos Celes!

Anónimo dijo...

Que linda combinación, leerte y escucharlo al flaco. La sed verdadera está sonando...

Srita. usted se viene a la reunión bloggera? Es de capital y/o gran bs as.? Está invitada.

Anónimo dijo...

este son el tipo de historias que me gusta leer...
de amor y de casualidad!

Floretta dijo...

"cruza el amor, cruza el amor por un puente
usa el amor, usa el amor como un puente"

palabras santas de gustavo cerati

beso :)

JUANAN URKIJO dijo...

Me dejas como a medias, Celeste... Ese encuentro tan casual, en el que algo parece haber deflagrado, parece un aperitivo. Al menos a mí me pide que sigan, que se miren, que se hablen...
Pero también está bien así; no todo ha de ser redondo, y tú has descrito muy bien ese furtivo cruce entre dos personas destinadas a trenzar sus encuentros.

Besos.